Por cuestiones de trabajo no había tenido tiempo de leer el
libro “ El pensar, sentir, hacer y decir de los Derechos Humanos” de María Carolina Estepa Becerra, que se promovió
en la REDIPAL. Mis respetos a la autora, pero espero tomen en cuenta que soy especialista en Derechos Humanos y Filosofía Realista.
Inicie la lectura de la obra y de inmediato saltaron reflejos de posturas
idealistas de los Derechos Humanos.
Es el clásico libro posmoderno producto del neoliberalismo cultural,
de una moda basada en la imagen del ser humano consciente que se queda atorado
en un mundo donde el ser no importa, lo que importa es la idea, realmente muy idealista
que lleva a confrontarse con la realidad la cual es objetiva y ordenada.
En su introducción se cuestionan el nacimiento de los
derechos humanos como si el punto de partida del Derecho fuese la expulsión del
útero materno y el cese de ese derecho fuese la muerte. Una marcada idea del
neomaterialismo de la posmodernidad, muy alejado de la realidad de lo que es el
Derecho.
Afirmo, el ser humano es el Derecho mismo. El Derecho esta
incrustado, emulsionado en la esencia y
naturaleza de su ser desde su concepción hasta después de su muerte. La
realidad es la evidencia plena de mi dicho
Los Derechos humanos no se obtienen, son inherentes al ser
humano y jamás hay que confundir la Ley Positiva con el Derecho, pues muchas
veces hay Derecho sin existir Ley Positiva y viceversa.
Los Derechos Humanos se descubren, porque existen y son uno con
la existencia del ser humano. Al descubrirlos se reconocen y por deber ser se
aceptan y ésto no es potestativo.
La obra en cuestión también trata de evidenciar el proceso
ontológico del entendimiento, sin lograrlo. Salta de una leve reseña filosófica
a una situación sociológica sin contexto y evidencia. Tiene una marcada
estructura ambientalista posmoderna en donde se minimiza la perfección del ser
humano como administrador de la naturaleza.
Cuando llegue al conocimiento de que la autora era fiel seguidora
del pensamiento sociológico político económico de Foucault, uno de los
pensadores causales del desahucio social humano. Renuncié a la lectura.
No obstante. Me preocupo grandemente el hecho de que seguimos
inmersos en el circulo vicioso del individualismo solitario y mordaz que los
gobiernos mundiales han impuesto a todos los seres humanos para seguir
oprimiendo la grandeza humana. La obra no alcanza la realidad del ser humano en su
esencia y en su substancia.